viernes, 6 de septiembre de 2019

Improvisación y (o) Composición: Problematizando convergencias y divergencias. 1a Parte.



Hoy exactamente se cumplen 5 años de mi ultimo escrito en el blog, pero los  retomo con mucho entusiasmo y con muchas ganas de compartir más cosas, ampliando los escritos sobre diversos temas, ahora incluyendo Cultura, Sociedad Educación y temas transversales al arte musical.

Doy inicio a un tema que durante mucho tiempo fue objeto de debate y controversias: Las diferencias o semejanzas que existen o puedan existir entre la improvisación y la composición escrita. Para eso, parafraseamos al saxofonista estadounidense Steve Lacy:



" La diferencia entre la composición y la improvisación es, en que en la composición tienes todo el tiempo para decidir que hacer en quince segundos, mientras que en la improvisación tienes quince segundos" 



El uso del término "improvisación" en Occidente tuvo lugar desde el siglo XV para designar cualquier tipo o forma de práctica musical o interpretación no determinada por parámetros fijos o preestablecidos. Se puede considerar que hasta mediados del siglo XV, en la música, las prácticas de composición e improvisación se daban sin distinción entre uno y otro, pero con la necesidad de determinar el texto musical y  con la sofisticación de la escritura se iba dando un distanciamiento progresivo entre el intérprete y el compositor, lo que lleva a una separación definitiva hacia finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

 El estatus atribuido al compositor en el siglo XIX, permite que este posea atribuciones exclusivas para crear caminos y guiar a los intérpretes a través de la escritura musical y las constantes modificaciones de la misma con el pasar de los siglos reflejan la búsqueda de comprensión de sus intenciones por parte de los intérpretes.

 Este antecedente socio-cultural entre otros tuvieron influencia en las prácticas musicales, principalmente a lo que respecta a los juicios de valor atribuidos a ambas prácticas por la sociedad de su tiempo. En el contexto musical, durante mucho tiempo, a la improvisación se lo delimitó conceptualmente a estilos o territorios estéticos de la música popular, incluso tratándola como algo superficial, posicionándose peyorativamente a ella habiendo hasta una tendencia de asociarla con algo mal hecho o inconcluso. 

A partir de esa perspectiva, es posible afirmar que con frecuencia  existieron prejuicios e ideas mal concebidas sobre la improvisación y las razones que justificaron su rechazo o prejuicio no son razones basadas en formas musicales o textuales, sino mas bien por prejuicios de carácter ideológico que derivan de su condición socio-histórica.
La acción de improvisar es una de las formas de realización musical, junto con la composición y la interpretación y siempre estuvo presente en todas las culturas del mundo por medio de su conexión con la tradición oral cuyo objetivo no es su perpetuación, por lo que no dependió de manera estricta de la notación.

La música que se clasifica como "erudita" producida en el mundo Occidental a partir del siglo XVII paso a atribuir privilegios a la composición escrita, atribuyendo valor a la imagen del compositor y al intérprete separando a la improvisación y dejándola dentro del dominio de la música " popular"

Estas condiciones socio-históricas condujeron progresivamente a un problema para definir cuáles son las diferencias cruciales que existen entre la improvisación y composición. Por otra parte, algunos músicos consideran a la improvisación como una forma de composición , el cual trasciende la idea de "composición" como una actividad musical que no se limita a la notación musical.


No dejes de leer la 2a parte.....continuará......